Del interior por una divisiòn

Siempre me he caracterizado por ser una persona en la cual se pueda confiar, con quien uno pueda manifestar lo que piensa y siente. Desde pequeña tratè siempre de hacer sentir bien a quien estaba a mi lado mediante una escucha atenta y comprometida. Con el paso del tiempo y mediante la decisiòn de seguir por el camino de la psicologìa como un medio de fortalecer aquello que de forma natural se daba, la relaciòn con los demàs fue tornàndose un poco unilateral en el sentido de la escucha, del estar ahì para el otro.

Se me caracteriza por ser alegre, entusiasta, emprendedora, optimista y servicial de acuerdo a las cosas positivas que la gente ve en mì, teniendo como consecuencia lògica el etiquetarme como extrovertida.

Cuando me pongo a analizar mi vida no se hasta que punto realmente se cumple esta expectativa de extroversiòn ya que curiosamente no tiendo a volcar al exterior lo que ocurre en lo profundo de mi mente y mi corazòn. Es por eso tambièn que me cuesta tocar algunos puntos de manera clara y directa cuando escribo y busco la metàfora que pueda llevarme a expresar mis sentimientos sin dejar expuesto mi interior.

Y precisamente por ello distribuì mi apertura en los blogs a travès de diferentes canales: De aquì y de alla para opinar y reflexionar; De canela y manzana para plasmar el mundo que amo a travès de fotos; De abril a diciembre, lo personal, lo màs ìntimo; La dama de Abù Simbel... mis correrias cotidianas.

Hoy no se en que lugar colocar este post ya que formarìa parte de abril a diciembre y sin embargo quiero expresarlo màs abiertamente.

Pronto se verà cual fuè mi decisiòn.